Palabras de Alejandro Peruani

Algunos de nosotros fundamos y llevamos adelante, en su momento, una institución psicoanalítica que amalgamaba un fuerte compromiso con la práctica y una clara apuesta por la transmisión, y que llamamos: Nudo Psicoanalítico. Nos acompañaron, en el decenio de su existencia, numerosos colegas, muchos hicieron su entrada al discurso y a la práctica en su marco, algunos de los cuales hicieron suyo ese proyecto. En el lapso que va de 1995 a 2005 se logró brindar, a través de él, asistencia a un importante número de personas, que. en virtud de barreras económicas y culturales, carecían de toda posibilidad de acceso a la experiencia de un psicoanálisis.

Este accionar encontraba su basamento y su interrogación, desde su inicio, en supervisiones, talleres y seminarios orientados por una lectura crítica de las obras de Sigmund Freud y de Jacques Lacan.

Dispositivos de transmisión que se vivificaban, a su vez, al interpelar y ser interpelados por lo real de ese hacer en el que se iba entramando una “comunidad de experiencia”.

Desde la disolución de Nudo Psicoanalítico (a fines del ’05), algunos de los que habíamos participado de esa apuesta, encontramos en el lazo que aún nos reunía el ámbito adecuado para seguir intentando sostenernos como analizantes nuestro vínculo con la apuesta freudiana y con la enseñanza de Jacques Lacan, y continuar poniendo en cuestión, interrogados por la práctica, el discurso del que somos efecto.

Reanudados de este modo, sostuvimos, durante estos últimos años, espacios donde trabajar sobre relatos de la práctica en los que fuimos trabajados por el encuentro con la dificultad. Así, también, algunos grupos siguen abocados a la lectura y comentario de los textos de Freud y Lacan.

En este itinerario se han ido sumando, al grupo original, otros analistas (que no participaron de la experiencia de Nudo Psicoanalítico), cuyo aporte ha resultado invalorable.

A 30 años de la fundación de Nudo y a 20 de su disolución hemos querido volver a convocarnos y convocar a quienes participaron en forma directa de esa experiencia y a quienes de un modo u otro la acompañaron y a los que nos acompañan hoy a participar de una jornada en la cual los que estén dispuesto a ello, y dentro de las posibilidades del dispositivo, puedan hacer escuchar el punto en el que hoy se encuentran en su recorrido, las temáticas que los interpelan, y las reflexiones que deseen compartir sobre el porvenir del psicoanálisis en los tiempos que corren. Suponemos que quizás en esos testimonios pueda asirse aún alguna marca de esa experiencia que compartimos en diferentes momentos de nuestra formación. Y todos los allí reunidos, expositores y público, aportemos comentarios, interrogantes, sugerencias que materialicen, una vez más, la persistencia del lazo que nos une como una particular transferencia de trabajo.

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